domingo, 21 de marzo de 2010

Cosas que me pasan

Siempre suelo hacer cosas fuera de lo normal, encontré hace poco un juego que circula por internet "nueve veces Verónica", explican un ritual para convocarla frente a un espejo. Bueno aquí recién empieza la historia. Iba caminando como siempre tan tarde por las calles, tan solo, es que la presencia de la gente me produce indiferencia a todo(cosas de escritores), cuando a lo lejos, entre dos arboles pude observar un hombre con un traje de vestir. Mi curiosidad suele apoderarse de mi y decidí ir a observar de cerca.
Llegué y de repente noté que llevaba un portafolios, pasé a su lado solo para poder observar, continué con mi camino, cuando me encontraba ya a unos metros del hombre aquel, un sudor frío recorrió mi espalda cuando pude escuchar claramente.
-Espera-dijo el hombre.
-Ah...que..que....quie..res-respondí.
-Toma-dijo extendiendo su mano.
Los ojos me empezaron a brillar cuando vi que sobre sus manos habían muchas monedas de oro, ¿Era posible?¿De donde puede ser?¿Por qué tiene tanto oro?, eran preguntas que rodeaban mi cabeza. Estuve a punto de recibir cuando de repente recordé una de esas viejas historias que contaba mi abuela.
-¿No quieres?-dijo el hombre.
-¿Qué es lo que quieres a cambio?-le dije sin mas rodeos.
-Por ahora no te pido nada, pero con el tiempo te darás cuenta como es que me lo pagarás-continuó explicando-recibe estas monedas, que con esto podrás comprar todo lo que hayas querido.
Estaba a punto de recibirle, pues había recordado que debía comprarme una nueva guitarra, por que la mía se recién se había roto. Extendí mi mano, cuando estuvo a punto de darme la retraje de nuevo y dejé caer las monedas.
-¿Qué pasa?¿No necesitas el dinero?-insistía el hombre de traje.
-No, creo que debería buscarlo por mi mismo-lo dije mientras me volteaba para llegar a mi casa.
Al día siguiente recostado en mi cama, pensando sobre lo del día anterior, recordé que no logré ver el rostro de aquel tipo.
Días después en el pueblo donde estaba de visita, me faltó mencionar ese detalle, apareció un hombre muerto en la plaza principal en su pecho tenía una marca de quemadura, con un símbolo que no había visto jamás, y en su mano derecha siete monedas de oro.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

lolx...cuando t paso eso?

Br¥aN dijo...

Ostias, son cosas producto de mi retorcida imaginacion pzzzz!!!!!

Cutis dijo...

Oe que te pasa que tales alucinadas :s

Anónimo dijo...

Oiee amiiO esa histOriia zta brabaza te sucediO
O es imaginaziOn tuuia


viqO =D

Anónimo dijo...

puta esta brava pro "cosas de escritores" no me jodas
saludos octavio

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