domingo, 16 de enero de 2011

Arte

Caminaba, bueno esta vez no solo, como suelo hacerlo, sino acompañado de un ser, ¡sí! un extraño ser, a quien por cierto quiero mencionar que amo; caminábamos por el frío sendero que marcaba el rastro de las ruedas de algún viejo transporte que pasaba por aquel añejo bosque en el cual solíamos jugar cuando éramos aún mas jóvenes.
Yo, bueno yo no era mas que un simple hobbit dueño de la más grande productora de cerveza de la mas deliciosa cebada de toda la comarca, y ella, nunca supe que era ella, sólo me gustaba su singular forma de ser, y sus frases de gran armonía, nunca supe de donde era, de donde vino, ni cual era su verdadero nombre.

Se preguntarían tal vez como es que llegó a aparecer en mi vida, pues fue de una peculiar forma; yo andaba recogiendo maderos secos y viejos perfectos para chimenea y así mantener mi hogar lleno de calor pues era época de invierno; en fin, había oído desde la espesura del bosque entre los enormes pinos y la condensada copa de los robles cubiertos de fina pero blanca capa de nieve que caía con tal delicadeza que se veían muy bien colocados sobre las hojas del roble; me aventuré pues siempre he sido muy curioso por no decir "metido" en todo, y al correr sobre el frío suelo cual era cubierto también por la blanca capa de nieve, fue grata mi sorpresa al ver a través de mis ojos una de las linda criaturas con las que alguna vez pude haber tenido contacto alguno, me acerqué pues había notado en su cara unas cuantas lágrimas deslizarse por sus ojos y acababan perdiéndose entre sus labios, sus rojos y llamativos labios.

-¿Qué te sucede?-pregunté mientras tomé asiento al lado suyo.
-Parece que me he perdido, yo, yo no soy de esta tierra, no soporto mas a mis padres y solo escapé, corrí tan rápido y con los ojos cerrados,-suspiró y continuó hablando- que no miraba hacia donde iba, y bueno hace ya rato que estoy aquí y no encuentro a nadie quien me pueda ayudar.
-¿Cuál es tu nombre? - mientras miré sus manos entumecidas por el frío.
-Alva-dijo con cierta inseguridad-¿Tú eres?
-Dnomed, mi nombre es Dnomed-dije mientras ella miraba con mucha concentración el cielo.

Claro, mis únicas labores eran las de trabajar, trabajar con mi familia en la elaboración de la cerveza, en la recolección de leña y en el cuidado y mantenimiento de las grandes máquinas.
Alva, me enseñó mucho sobre el lugar donde ella había vivido, hubo una manera de usar la voz de una forma fluida que se llamaba "cantar", me enseñó también sobre el dibujo, y los sonidos que se podían hacer con instrumentos que ella me pedía que le haga a eso le llamó música; pero, de todo lo que pudo enseñarme lo que mas interesante me pareció fue escribir, realmente me explicó cada detalle, me hizo entender como se debe escribir bien, por que escribir, bueno como Alva decía, hay que tener talento, el escritor debe saber transmitir cada una de las emociones que siente cuando está escribiendo su obra....... infinidades de cosas que podías lograr con mucha creatividad, y pues a todo eso Alva, le decía arte.

Claro, a veces solían salirme palabras que por separadas no encontraba sentido alguno, pero al usarlas todas juntas, podía hacer que Alva me abriera paso a sus sentimientos y así poco a poco fue entiendo lo que sentida cada vez que amanecía y la veía levantarse a través de la siguiente ventana de mi casa, cada vez que yo me encontraba libre y solíamos caminar por aquel bosque donde nos conocimos.

Era de noche y pues no era algún paseo especial ni nada por el estilo, solo salimos a caminar, cuando de repente en el mismo lugar donde ya algún tiempo atrás nos encontramos y cambiaría nuestras vidas por culpa del otro, pues una gran luz que parecía venir a embestirnos frenó justo en frente de nosotros y sin poder hacer ningún esfuerzo por recuperarla, me la arrebató de las manos y fue entonces cuando perdí toda esencia de ella, a veces aún trato de devolverla a mis brazos, quisiera que siga siendo testigo de todas esas cosas que suelo hacer desde que ella apareció. Fue así que entendí como funciona la vida, primero suele ilusionarte hasta tal punto que es difícil de controlar tal ilusión. La muerte, parte del ciclo de vida, es cómplice de cada una de las jugadas que se nos ponen en mesa.
¡Alva, eres arte!

viernes, 7 de enero de 2011

Ángel de la muerte


Alma perdida
que vagas matando
al arbol de la vida
con su raiz sin tierra
Me robaste el corazón
me robaste la razón de mi vida.

Hoy he visto pasar la muerte
ante mi,
con su manto negro
y su mirada perdida.
Me miró, me acarició
me besó y después se fue de mi lado.

Hoy vuelvo a recordar
como temblaba mi alma
La muerte ha vuelto a hablar
su voz está cerca.

Y he tenido que bajar al infierno
para encontrar un ángel.
He tenido que caer desde el cielo
para encontrarte.

Alma en pena soy
desde entonces vago perdido;
esperando a morir
y volver a ti
Me miró, me acarició
me besó y después se fue de mi lado.