Poemas, dinero y el éxtasis

Recuerdo ese día estar sin dinero; en realidad, Jefry y yo nos encontrabamos sin dinero, yo me había gastado todo el dinero un día anterior saliendo con una amiga y Jefry, no tengo la menor idea en que se pudo gastar todo su dinero.
Tenía sed, demasiada sed, no podía evitarlo, era capaz de ir al baño del colegio y beberme todo el agua hasta calmarme.De repente suena la campanilla que anuncia el recreo, no tenía ni un centavo y aún necesitab algo que tomar.

Estaba apoyado en la pared del patio de recreo junto con Jefry y entonces se acerca un compañero de salón.
-Bryan, Jefry, les daré dos soles a cada uno - dijo mi compañero
-¿Qué es lo que quieres a cambio?- dije yo, pues recordé que nadie da nada sin querer algo a cambio
-Dicen que ustedes hacen muy buenos poemas, pues yo no, solo necesito que me hagas uno de corriente Renacentista y otra Barroca-dijo aquel compañero.
-Pero paga por adelantado, te lo daremos en el segundo recreo-dijo Jefry
-Está bien, pero trata de hacerlo interesante- dijo mi compañero

Mis ojos brillaban, pues con el dinero que me pagó pude comprar mi tan anciada gaseosa. Mientras que Jefry se compró esas grasosas hamburguesas que tanto le gustaban. De repente a mi cabeza se me vino una idea, era de vender los poemas a los compañeros que quieran; podíamos vender según la métrica, según la rima, según la calidad del poema.

Fue así como empezé ese negocio con Jefry, nos fue tan bien durante una semana, yo podía comprar todas las gaseosas que quería y Jefry sus hamburguesas. Estábamos en el éxtasis, nos sentíamos en la cumbre, hasta que la profesora de Literatura dejó de pedir poemas para su clase.

Ese fue el fin de aquel exitoso negocio clandestino, pues de haber sido descubiertos por la profesora, de seguro que nos suspendían.